martes, 16 de agosto de 2011

JMJ. MADRID 2.011. MISA DE BIENVENIDA. SALUDO DEL CARDENAL RILKO

Sin duda, las palabras dirigidas por el Cardenal Rilko, han sido una llama encendida en el corazón de los jóvenes. El Cardenal ha propuesto la diferencia entre una sociedad que vive desde la fe y una sociedad que cierra sus puertas a Cristo.


"Queridísimos jóvenes, aquí estamos, llegó el día tan esperado: la inauguración de la vigésimo sexta Jornada Mundial de la Juventud. Tras un largo camino de preparación finalmente estáis aquí, en Madrid, bellísima y moderna metrópolis que en estos días será la capital de la juventud católica del mundo entero…

«¡Bendito el que viene en nombre del Señor!» (Sal 118, 26). Con estas palabras del salmista os doy una cordial bienvenida y un saludo afectuoso de parte del Pontificio Consejo para los Laicos, el dicasterio de la Santa Sede al cual el Papa confía la organización de estas reuniones mundiales de jóvenes. Un saludo agradecido a vuestros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, así como a los formadores laicos que os han acompañado y guiado en el proceso de preparación espiritual para la gran aventura de la fe que viviremos juntos en estos días.

Habéis traído a esta cita con el Santo Padre Benedicto XVI vuestros proyectos, vuestras esperanzas y también vuestras inquietudes, la preocupación por las decisiones que os esperan… Serán días inolvidables de importantes descubrimientos y de decisiones determinantes para vuestra vida…

Nuestra reflexión y nuestra oración en estos días estarán guiadas por la palabra de San Pablo que ya todos conocéis: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe…» (Col. 2,7). ¡Es una palabra que nos compromete porque contiene un claro programa de vida para cada uno de nosotros! En estos días la fe estará en el centro de nuestra reflexión; porque la fe es un factor decisivo en la vida de cada hombre. ¡Si Dios existe o no existe, todo cambia! La fe es la raíz que nos nutre con la savia vital de la Palabra de Dios y los sacramentos; es el fundamento, la roca sobre la cual construir la vida, la brújula segura que guía nuestras decisiones y da a nuestra vida la orientación decisiva.

Sin embargo, muchos hoy se preguntan: en nuestro mundo, que tan a menudo rechaza a Dios y vive como si Dios no existiera, ¿es aún posible la fe? …

¡Queridísimos jóvenes! Os habéis reunido aquí, en Madrid, desde los rincones más remotos del planeta, para decir en voz alta a todo el mundo – y en particular a esta Europa que está dando signos de profunda desorientación – para decir vuestro firme “sí”! “Si”, ¡la fe es posible!

Es más, es una aventura maravillosa que nos permite descubrir toda la grandeza y la belleza de nuestra vida. Porque Dios, que se ha revelado en el rostro de Jesucristo, no disminuye al hombre sino que lo enaltece mas allá de toda medida, mas allá de toda imaginación! En estos días, junto con los Apóstoles, queremos todos gritar al Señor: «¡Aumenta nuestra fe!» (Lc 17,5)… Queremos también nosotros orar con las palabras de San Anselmo: Señor, «enséñame a buscarte, muéstrate al que te busca, porque no puedo buscarte si no me enseñas el camino. No puedo encontrarte si no te haces presente.» (Proslogion 1,1)

Mientras esperamos la llegada del Papa Benedicto XVI hemos acogido esta noche a un huésped especial de la JMJ de Madrid: el Beato Juan Pablo II. Él ha regresado entre vosotros, los jóvenes a los que tanto amó y que tanto lo han amado: ha regresado como Beato patrón vuestro y como protector al que podéis confiaros; ha regresado como amigo –un amigo exigente, como le gustaba a él mismo definirse… Ha venido a deciros una vez más, con muchísimo afecto: ¡No tengáis miedo! ¡Optar por Cristo en la vida es adquirir la perla preciosa del Evangelio por la cual vale la pena darlo todo!

¡Queridísimos jóvenes! ¡La JMJ de Madrid ha empezado!

De nuevo os digo: ¡Bienvenidos todos a Madrid!

JMJ. MADRID 2.011. MISA DE BIENVENIDA. HOMILIA DEL CARDENAL ROUCO VARELA



Comenzo la Jornada Mundial de la Juventud, con la misa de bienvenida. Os presento la primera homilia de esta Jornada, pronunciada en esta misa por el Cardenal Rouco Varela. Una hermosa, muy hermosa homilía dedicada al Beato Juan Pablo II, propuesto como modelo de los Jovenes de hoy, y de aquellos que vivimos las Jornadas, en palabras de Rouco Varela, "la generación de Juan Pablo II".

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

1. ¡Bienvenidos a Madrid para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud convocada por nuestro Santo Padre Benedicto XVI hace tres años en Sydney y que se inicia con la solemne celebración eucarística en esta céntrica Plaza madrileña de la Cibeles!
¡Bienvenidos Sres. Cardenales, Arzobispos y Obispos! ¡Os saludo con afecto fraterno en el Señor! Os acompañan numerosos sacerdotes, consagrados y consagradas y una ingente multitud de jóvenes, esperanza y futuro de nuestras Iglesias particulares, de nuestros pueblos y naciones, ¡de la Iglesia entera!

2. Permitidme que me dirija a ellos directamente como Pastor de la Iglesia Diocesana de Madrid y como Presidente de la Conferencia Episcopal Española y que les diga con todo el corazón:

Queridos jóvenes del mundo: ¡Bienvenidos a España! Muchos de vosotros habéis experimentado y apreciado ya en los días de la semana previa en vuestro recorrido por las Diócesis españolas la cordial acogida y el amor fraterno de vuestros hermanos los jóvenes de España, de sus familias, de sus comunidades y de sus Pastores. Habéis podido comprobar que esa actitud de brazos abiertos y de cálida simpatía tiene que ver profundamente con el hecho vivo de un viejo país formado por una comunidad de pueblos: ¡España!, cuya principal seña de identidad histórica, ¡de su cultura y modo de ser!, es la profesión de la fe cristiana de sus hijas e hijos en la comunión de la Iglesia Católica. La personalidad histórica de España se forja con rasgos inconfundibles en torno a la visión cristiana del hombre y de la vida desde los albores mismos de su historia, iniciada en gran medida con la primera andadura de la predicación apostólica en suelo español hace casi dos mil años. Uno de los más lúcidos escritores e intérpretes de la España contemporánea pudo decir: “España se constituye animada por un proyecto histórico que es su identificación con el cristianismo”<!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]-->.

3. ¡Bienvenidos a España y bienvenidos a Madrid, su Capital! La Iglesia metropolitana de Madrid con sus Diócesis sufragáneas, Alcalá de Henares y Getafe, os abren no sólo las puertas físicas de sus parroquias, de sus colegios, de sus más variados edificios e instalaciones culturales y deportivas, junto con las cedidas generosamente por las instituciones públicas y privadas para este acontecimiento singular, sino, también, esos ámbitos más humana y cristianamente cálidos que son sus familias y sus comunidades. Es decir: ¡os abren las puertas de su corazón!

¡Sentíos como en vuestra propia casa, como en vuestro propio hogar! La Iglesia y el pueblo de Madrid quiso −y quiere− ser para todos vosotros desde ayer mismo, en ese siempre difícil momento de la llegada y del alojamiento de los peregrinos y durante los días de la Jornada que culminan el domingo, lugar propicio para vivir la amistad y la fraternidad cristiana en el marco a la vez humano y divino de la Iglesia Universal, que es Casa y Familia de los hijos de Dios esparcidos por toda la faz de la tierra. Y así como España no es inteligible sin su bimilenaria tradición católica, Madrid, residencia real y su Capital desde la segunda mitad del siglo XVI, en plena irrupción de la Modernidad, tampoco. Las raíces cristianas de esta ciudad, muy antiguas, bien identificadas al iniciarse el segundo milenio del cristianismo, siguen vivas y vigorosas influyendo en la configuración de su fisonomía social, cultural y humana, pero, sobre todo, de su alma: ¡el alma de sus hijos e hijas! ¡Madrid es una ciudad acogedora y cordial de todos los que la visitan, vengan de donde vengan!

4. Las Jornadas Mundiales de la Juventud, con su ya larga trayectoria de más de un cuarto de siglo, son inseparables del Beato, en cuya memoria celebramos esta tarde la Eucaristía en la Plaza de la Cibeles madrileña; muy cerca, por cierto, del lugar en que él mismo presidió tres grandes celebraciones en los años 1982, 1993 y 2003. Os estoy hablando del inolvidable, venerado y querido Juan Pablo II. ¡El Papa de los jóvenes! Con Juan Pablo II se inicia un periodo histórico nuevo, ¡inédito!, en la relación del Sucesor de Pedro con la juventud, y, consecuentemente, una hasta entonces desconocida relación de la Iglesia con sus jóvenes: relación directa, inmediata, de corazón a corazón, impregnada de una fe en el Señor, en Jesucristo, entusiasta, esperanzada, alegre, contagiosa. Desde aquella convocatoria primera de la Jornada de 1985 en Roma hasta esta Jornada de Madrid se ha ido desgranando una bella historia de fe, esperanza y amor en tres generaciones de jóvenes católicos y no católicos, que han visto cómo se transformaba su vida en Cristo y cómo surgían entre ellos innumerables vocaciones para el sacerdocio, la vida consagrada, el matrimonio cristiano y el apostolado. La santidad personal de Juan Pablo II brilla con un atractivo singular precisamente en este aspecto de la evangelización de los jóvenes contemporáneos. Nuestro Santo Padre Benedicto XVI no ha dudado en resaltar el amor a los jóvenes de Juan Pablo II en la Homilía de su Beatificación el primero de Mayo en la Plaza de San Pedro.

5. El secreto de esa luminosa personalidad, moldeada en la perfección de la caridad, se desvela fácilmente a la luz de la Palabra de Dios que ha sido proclamada. La clave de explicación de toda su vida, consagrada al Señor, a la Iglesia y al hombre, no es otra que su encendido amor a Jesucristo, del que, como San Pablo, no quiso apartarse nunca. Juan Pablo II pasó también en su vida por la aflicción, por la angustia, por la persecución, por las carencias más elementales en los años de la II Guerra Mundial, de la ocupación implacable y cruel de su patria, del despojo inhumano de los suyos… Sufrió el dolor de los perseguidos por la causa de Cristo antes y después de su elección a la Sede de Pedro: literalmente, hasta la sangre. Testigo indomable de la verdad y de la esperanza cristiana, vivió la verdad del “si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”, sin miedo a ninguna oposición interna o externa a la Iglesia. ¡Fue un valiente de Cristo! Nada pudo apartarle de su amor.

¡Que emocionante resulta imaginarse y revivir los momentos de su diálogo íntimo con el Señor cuando le pregunta si “le ama más que éstos”! ¡Cuántas veces le habrá respondido en las más críticas, doloridas y decisivas circunstancias de sus años de Pastor de la Iglesia Universal: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”! El Papa sabía muy bien que apacentar las ovejas de Jesús comportaba dejase “ceñir” por otro y ser llevado adonde uno no quisiera.

6. Este amor apasionado a Jesucristo es precisamente lo que fascinaba y cautivaba a los jóvenes. Comprendían que de este modo ellos eran queridos y amados por el Papa de verdad: sin halagos, ni disimulos; ni interesada, engañosa o superficialmente; sino con toda la autenticidad del que sólo buscaba su bien, el bien de sus vidas: ¡su felicidad!, ¡su salvación! Y lo buscaba entregando, sin reservase nada, la propia vida. Lo intuían con el corazón más que lo razonaban con la cabeza. No es extraño, pues, que viesen en el Papa a aquel mensajero de la gracia y de la paz de Jesucristo, anunciado por el Profeta Isaías, cuando decía: “¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!”. Quien quiera que haya vivido las Jornadas Mundiales de Buenos Aires, Santiago de Compostela, Czestochowa, Denver, Manila, Paris, Roma, Toronto… habrá podido constatar que en la forma de recibir al Papa, con aquella mezcla tan entrañable de júbilo y respetuosa ternura, los jóvenes demostraban que le estaban reconociendo como aquel que venía a su encuentro en el nombre del Señor.

7. A partir de la IV Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela en 1989 las Jornadas se conciben y viven como el final gozoso de una peregrinación, fuese cual fuese el lugar de su celebración, sintonizando con el estilo atrayente de la tradición cristiana. Al invitaros a participar en esta Jornada de Madrid, la vigésimo sexta, el Papa os está diciendo: poneos en camino para un nuevo encuentro con el Señor, el amigo, el hermano, ¡Jesucristo! El es el único que puede comprenderos y conduciros a la verdad; daros la vida que no acaba nunca; daros la felicidad: ¡el Amor verdadero! Sí, los jóvenes de las Jornadas Mundiales de la Juventud han sido desde Santiago de Compostela y para siempre peregrinos de la Iglesia. Recorren en comunión con ella un excepcional itinerario espiritual de consecuencias decisivas para el futuro de sus vidas. Comprueban que la senda señalada por el Sucesor de Pedro les lleva efectivamente a Cristo sin que ningún poder humano pueda impedirlo. Senda para su búsqueda; pero sobre todo, camino para su encuentro. Él es el que toma la iniciativa. Juan Pablo II nos recordaba en “el Monte del Gozo” compostelano en la vigilia de la noche del 19 de agosto de 1989 que “la tradición espiritual del Cristianismo no sólo subraya la importancia de nuestra búsqueda de Dios. Resalta algo todavía más importante: es Dios que nos busca. Él nos sale al encuentro”. ¡Cristo es, queridos jóvenes, el que os busca y sale al encuentro en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011! Dejarse encontrar por Él es la clave del éxito de toda Jornada Mundial de la Juventud. Y, por supuesto, también de ésta que hoy comenzamos. ¡Será vuestro éxito!
8. Benedicto XVI, nuestro Santo Padre, ha presidido las Jornadas de Colonia en agosto de 2005 y de Sydney en julio del 2008 en continuidad creativa con Juan Pablo II. ¡Inolvidables ambas! Pasado mañana, día 18 de agosto, llegará D.m. a Madrid, para presidir la que hoy y ahora se inicia con la Acción de Gracias y la Plegaria Eucarística de este atardecer madrileño en la Plaza de la Cibeles. En su llamada dirigida a vosotros, jóvenes del avanzado comienzo del Tercer Milenio, resuenan con nuevos y sugestivos acentos la misma solicitud paternal y el mismo amor que movió al Beato Juan Pablo II a instituir las Jornadas Mundiales de la Juventud. Vosotros, los jóvenes que os encontráis aquí, y otros muchos que hubieran deseado participar en nuestra Jornada de Madrid y no han podido o no han querido, sois la generación de Benedicto XVI. No es la misma que la de Juan Pablo II. Vuestro “sitio en la vida” tiene sus peculiaridades. Vuestros problemas y circunstancias vitales se han modificado. La globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación, la crisis económica, etc., os condicionan para bien y, en muchas ocasiones, para mal. A los jóvenes de hoy, con raíces existenciales debilitadas por un rampante relativismo espiritual y moral, “encerrados por el poder dominante” (Benedicto XVI. Mensaje para la JMJ 2011, 1), y sin hallar sólidos fundamentos para vuestras vidas en la cultura y la sociedad actuales, incluso, no rara vez, en la propia familia…, se os tienta poderosamente hasta los límites de haceros perder la orientación en el camino de la vida: ¿Cómo no va a vacilar a veces vuestra fe? La juventud del siglo XXI necesita, tanto o más que las generaciones precedentes, encontrar al Señor por la única vía que se ha demostrado espiritualmente eficaz: la del peregrino humilde y sencillo que busca su rostro. El joven de hoy necesita ver a Jesucristo cuando Él le sale al encuentro en la Palabra, en los Sacramentos, “también, muy especialmente, en la Eucaristía y en el Sacramento de la Penitencia, en los pobres y enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda” (Benedicto XVI. Mensaje, 4). Necesita verle y entrar en diálogo íntimo con Él, que le ama sin pedirle nada a cambio, salvo la respuesta de su amor. La intención del Papa, que tanto os quiere, va justamente en esta dirección: que experimentéis en la Comunión Católica de la Iglesia la verdad y la imperiosa urgencia de hacer vida vuestra el lema de la Jornada Mundial de la Juventud 2011: “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (Cf. Col 2,7).

9. Juan Pablo II concebía las Jornadas Mundiales de la Juventud como un valiosísimo instrumento de la nueva evangelización. También, nuestro Santo Padre Benedicto XVI.

Queridos jóvenes: ¡vivid, pues, esta celebración eucarística de la inauguración de la Jornada Mundial de la Juventud agradeciendo al Señor el sentiros llamados desde este mismo momento a ser sus discípulos y testigos! ¡No lo dudéis! Jesucristo os muestra el camino y la meta de la verdadera felicidad. No sólo a vosotros; también a vuestros compañeros y amigos alejados de la práctica religiosa e, incluso, de la fe o desconocedores de la misma. Jesús os busca para enraizarse en vuestro corazón de jóvenes del Tercer Milenio. Vivid la celebración como la gran Plegaria de la Iglesia que ofrece el Sacrificio de Jesucristo Crucificado y Resucitado al Padre como suyo propio por la salvación de todos los hombres; y en la Comunión eucarística de su Cuerpo y de su Sangre no rehuyáis que os haga enteramente suyos. Tened presente estos días que el Señor, por medio del Papa, os va a preguntar: ¿aceptáis el formidable y hermoso reto de “la nueva evangelización” de vuestros jóvenes coetáneos? Respondedle que sí, recordando aquella vibrante y valiente llamada de Juan Pablo II en la Homilía del Monte del Gozo el 20 de agosto de 1989: ¡“No tengáis miedo a ser santos”! ¡“dejad que Cristo reine en vuestros corazones”! Respondedle que sí con toda la capacidad de ilusión y apertura generosa a los grandes ideales de la vida que os es tan propia. ¡Responded a la renovada llamada de Benedicto XVI con un claro y coherente compromiso de vida! Se evangeliza con las palabras y con las obras, hoy más que nunca. Juan Pablo II decía a los jóvenes españoles en la Vigilia Mariana de “Cuatro Vientos”, el 3 de mayo de 2003, que la nueva evangelización es una tarea de todos en la Iglesia: “En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas, sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Por lo tanto, si en estos días oyes la llamada de Dios “que te dice: «¡Sígueme!» (Mc 2, 14; Lc 5.22), no lo acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo el sí gozoso de tu persona y de tu vida”.

10. Al cuidado maternal de la Virgen María, Madre del Señor y Madre de la Iglesia, nos confiamos al iniciar la Jornada Mundial de la Juventud 2011. Los madrileños la invocan como su Patrona bajo la advocación de “Santa María, la Real de la Almudena”. María ha velado siempre por la firmeza de la fe, por la certeza de la esperanza y por el ardor de la caridad de todas sus hijas e hijos de Madrid. ¡Que vele muy especialmente estos días por vosotros, los jóvenes de esta Jornada Mundial de la Juventud del 2011, peregrinos a esta ciudad eminentemente mariana que es Madrid para el encuentro con el Santo Padre! ¡Que os cuide como sólo ella sabe hacerlo!, ¡que cuide a nuestro Santo Padre Benedicto XVI, a los Obispos y sacerdotes, a todos vuestros Pastores y acompañantes! ¡que cuide y proteja a vuestras familias! Rememorando la oración de Juan Pablo II, recitada al finalizar la inolvidable Vigilia del Rosario, ya mencionada −¡su broche de oro!−, os invito a implorar esta noche a María con sus mismas palabras:

“Dios te salve, María, llena de gracia.
Esta noche te pido por los jóvenes
venidos a Madrid desde todos los rincones de la tierra,
jóvenes llenos de sueños y esperanzas.
Ellos son los centinelas del mañana,
el pueblo de las Bienaventuranzas:
son la esperanza viva de la Iglesia y del Papa.
Santa María, Madre de los jóvenes,
intercede para que sean testigos de Cristo Resucitado,
apóstoles humildes y valientes del tercer milenio,
heraldos generosos del Evangelio.
Santa María, Virgen Inmaculada,
reza con nosotros,
reza por nosotros”. Amén.

Santos Patronos de la JMJ 2011 −San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, San Ignacio de Loyola, San Juan de Ávila, San Francisco Javier, San Juan de la Cruz, Santa Rosa de Lima, San Rafael Arnáiz− ¡rogad por nosotros!

¡Beato Juan Pablo II ruega por nosotros, ruega por los jóvenes de la JMJ 2011 para que abran de par en par sus corazones a la gracia salvadora de Cristo, el único Redentor del hombre, en estos extraordinarios días del Espíritu en los que queremos “contar las maravillas del Señor a todas las naciones”!

JMJ. MADRID 2.011. MISA DE BIENVENIDA

Quedan menos de ocho horas para dar comienzo la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. Por la importancia de este acontecimiento quiero dedicar este blog a este encuentro, del que va a tomar parte activa Benedicto XVI, el sucesor de San Pedro, a partir del próximo jueves, 18 de agosto. Madrid se ha llenado de jóvenes que recorren la ciudad proclamando a los cuatro vientos la alegría de la fe, la alegría de ser cristiano, y sobre todo decir al mundo que ellos no forman parte de esa juventud que algunos medios de comunicación nos quieren vender: jóvenes preocupados solo por el botellon, sin compromisos en su vida. Pero no la juventud de Madrid hoy nos dice que la juventud tienen unos ideales y que dentro de esos ideales esta Cristo. Y eso hace daño a aquellos que quisieran que la religion se viviera solo en las sacristías. Mi blog en estos días va a servir como guía para los distintos actos de la J.M.J. y sobre todo para escuchar la voz del Santo Padre, todos los días que dure su estancia en Madrid intentaré subir los más pronto que me sea posible sus palabras. Espero que sirvan para inundar de la alegría que hoy recorre Madrid todo el mundo.


El primer acto de esta Jornada se celebrará a las ocho de la tarde de este día, en la Plaza de la Cibeles de Madrid. Allí frente al edificio de correos se ha levantado un gran altar, presidido por una imagen de María, en su advocación de la Almudena, patrona de Madrid. En este altar va a tener lugar la Misa de Acogida de los Peregrinos, presidida por Monseñor Rouco Varela.


Esta Eucaristía va a tener un sabor muy especial que va a unir esta Jornada con las Jornadas anteriores, en especial con todas las celebradas antes de Colonia 2.005, ya que se va a celebrar la misa del Beato Juan Pablo II. Madrid será la primera Jornada que verá en los altares a Juan Pablo II, beatificado en Roma el 1 de mayo de este año. En esta misa Juan Pablo II estará presente, gracias a un inmenso regalo recibido ayer: una reliquia del Santo Padre que estará colocada delante del habon donde se va a proclamar el Santo Evangelio. La reliquia es un gran evangelio de plata con el escudo pontificio y en un rincocito del mismo una ampolla con la sangre del nuevo beato.


La misa comenzara con el canto de la canción: Crsito resucitó, la oración de colecta será la propia de Juan Pablo II: "Oh Dios, rico en misericordia, que has querido que el beato Juan Pablo II, papa, guiara toda tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñazas, nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Crsito único, redendentor del hombre.


En la liturgía de la Palabra se leeran lossiguiente fragmentos: Isaias 52, 7 - 10, el salvo responsofdial será el 95, y el Evangelio de Juan 21, 15 - 19. Tras estas lecturas el Cardenal Rouco se dirigirá a los jovenes dandoles la bienvenida a estas jornadas y presentando, con toda seguridad a Juan Pablo II, patrono de las mismas, como modelo para los jóvenes.


El prefacio utilizado en esta misa será el de los Santos Pastores. El padrenuestro se cantará en latín, idioma oficial de la iglesia.


Durante la Comunión se cantarán los nhimnos: Nadie te ama como yo, Jesús y Nada te Turbe, canto teresiano, compuesto por Santa Teresa, otra patrona de esta Jornada.


Antes de concluír esta misa de Bienvenida el Cardenal Rouco Varela bendecira las medallas de la Virgen de la Almudena que se encuentra en las mochilas de los jóvenes y se la entregara simbolicamente con estas palabras: Recibir esta imagen de la Patrona de Madrid, Nuestra Señora de la Almudena. Que ella os acompañe en vuestra peregrinación y os mantega siempre fieles a Cristo y a su Iglesia". Concluíra esta parte con el canto del himno Crazna Madonna.


Tras la bendición nuevos cantos daran por concluido este primer acto de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2.011.

lunes, 15 de agosto de 2011

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA AL CIELO. FIESTA



Ayer, subía, en las vísperas de esta solemnidad un texto del Beato Juan Pablo II, hoy, cuando estan llegando a Madrid los primeros peregrinos para la J.MJ., quiero subir un texto del Santo Padre Benedicto XVI en el que nos habla de esta fiesta. Es el discurso, del Angelus de la solemnidad de esta día, 15 de agosto del año pasado.
"Hoy, en la solemnidad de la Asunción de la Madre de Dios al cielo, celebramos el paso de la condición terrena a la bienaventuranza celestial de Aquella que engendró en la carne y acogió en la fe al Señor de la vida. La veneración a la Virgen María acompaña el camino de la Iglesia desde sus inicios y ya desde el siglo IV aparecen fiestas marianas: en algunas se exalta el papel de la Virgen en la historia de la salvación, y en otras se celebran los momentos principales de su existencia terrena. El significado de la fiesta de hoy está contenido en las palabras finales de la definición dogmática, proclamada por el venerable Pío XII el 1 de noviembre de 1950 y de la que este año se celebra el 60° aniversario: «La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial» (const. ap. Munificentissimus Deus: AAS 42 [1950] 770).

Artistas de todas las épocas han pintado y esculpido la santidad de la Madre del Señor adornando iglesias y santuarios. Poetas, escritores y músicos han tributado honor a la Virgen con himnos y cantos litúrgicos. De Oriente a Occidente la Toda Santa es invocada como Madre celestial, que sostiene al Hijo de Dios en los brazos y bajo cuya protección encuentra amparo toda la humanidad, con la antiquísima oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita». Y en el Evangelio de la solemnidad de hoy san Lucas describe el cumplimiento de la salvación a través de la Virgen María. Ella, en cuyo seno se hizo pequeño el Todopoderoso, después del anuncio del ángel, sin vacilación alguna, se dirige de prisa a casa de su pariente Isabel para llevarle al Salvador del mundo. Y, de hecho, «en cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno... [y] quedó llena de Espíritu Santo» (Lc 1, 41); reconoció a la Madre de Dios en «la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor» (Lc 1, 45). Las dos mujeres, que esperaban el cumplimiento de las promesas divinas, gustan ya anticipadamente el gozo de la venida del reino de Dios, la alegría de la salvación.

Queridos hermanos y hermanas, confiemos en Aquella que, como afirma el siervo de Dios Pablo VI, «asunta al cielo no ha abandonado su misión de intercesión y salvación» (ex. ap. Marialis cultus, 18: AAS 66 [1974] 130). A ella, guía de los Apóstoles, apoyo de los mártires, luz de los santos, dirigimos nuestra oración, suplicándole que nos acompañe en esta vida terrena, que nos ayude a mirar al cielo y que nos acoja un día junto a su Hijo Jesús."

domingo, 14 de agosto de 2011

15 DE AGOSTO. LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN CUERPO Y ALMA A LOS CIELOS






Estamos en la noche del 15 de agosto, la noche de la Asunción de la Virgen María al cielo. La noche más hermosa del verano pues es la noche que muchos pueblos y ciudades dedican a honrar a María. En esta noche queremos comenzar a ofrecer un pequeño homanaje a la Reina del cielo, a la Madre del Señor y lo hacemos de la mano del Beato Juan Pablo II, un gran amante de María, el papa de María. He quedido como meditación en esta noche coger algunos fragmentos de su discurso de Angelus, de este día del año 2.000.






Hoy la Iglesia está de fiesta, porque celebra la gloriosa Asunción al cielo de María santísima. Desde siempre el pueblo de Dios, guiado por la Revelación, cree que la Madre de Cristo fue asociada a la victoria de su Hijo sobre la muerte y la venera llevada en cuerpo y alma a la gloria.
María, elegida por Dios como sede purísima para "habitar" en medio de los hombres, al concluir su existencia terrena, fue acogida inmediatamente en el cielo. Por eso, la comunidad cristiana, con un célebre himno, canta alegre sus alabanzas y la invoca así: "Dios te salve, poderoso apoyo de nuestra fe. Dios te salve, estandarte esplendoroso de gracia... Dios te salve, llave del reino de Cristo. Dios te salve, esperanza de eternos tesoros... Dios te salve, por ti exultan los cielos, juntamente con la tierra. Dios te salve, por ti exulta la tierra juntamente con los cielos" (Akáthistos).

La fiesta de la Asunción, celebrada por doquier con diversas expresiones populares, cae a mitad del mes de agosto, tiempo de vacaciones de verano. Exhorto a todos, y en particular a los que se encuentran de vacaciones, a redescubrir el sentido cristiano de esta fiesta, participando en la celebración eucarística y orando con devoción a nuestra Madre celestial.

La Asunción de la Virgen nos recuerda que nuestra verdadera patria es el cielo y ella nos brinda su ayuda materna para prepararnos al encuentro definitivo con Cristo, al final de nuestra peregrinación por la tierra.

JMJ. MADRID 2.011. ARRAIGADOS


Domingo, vísperas de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos, a estas horas en las diocesis se estan celebrando los últimos actos de la JMJ en las diocesis de acogida españolas, muchos son los peregrinos que estan rezando el Rosario, en vigilias marianas por todos los rincones de España. Entramos en la semana más esperada por todos los jovenes que se han convertido en peregrinos, pero tambien por muchos hombres y mujeres que esperamos estas jornadas como una fuente de renovación de nuestra fe y hoy, por segundo día, meditamos en el mensaje que el Santo Padre regalo a la iglesia preparatorio de esta Jornada.


“Arraigado” evoca el árbol y las raíces que lo alimentan. La primera imagen es la del árbol, firmemente plantado en el suelo por medio de las raíces, que le dan estabilidad y alimento. Sin las raíces, sería llevado por el viento, y moriría. ¿Cuáles son nuestras raíces? Naturalmente, los padres, la familia y la cultura de nuestro país son un componente muy importante de nuestra identidad. La Biblia nos muestra otra más. El profeta Jeremías escribe: «Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza: será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto» (Jer 17, 7-8). Echar raíces, para el profeta, significa volver a poner su confianza en Dios. De Él viene nuestra vida; sin Él no podríamos vivir de verdad. «Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo» (1 Jn 5,11). Jesús mismo se presenta como nuestra vida (cf. Jn 14, 6). Por ello, la fe cristiana no es sólo creer en la verdad, sino sobre todo una relación personal con Jesucristo. El encuentro con el Hijo de Dios proporciona un dinamismo nuevo a toda la existencia. Cuando comenzamos a tener una relación personal con Él, Cristo nos revela nuestra identidad y, con su amistad, la vida crece y se realiza en plenitud. Existe un momento en la juventud en que cada uno se pregunta: ¿qué sentido tiene mi vida, qué finalidad, qué rumbo debo darle? Es una fase fundamental que puede turbar el ánimo, a veces durante mucho tiempo. Se piensa cuál será nuestro trabajo, las relaciones sociales que hay que establecer, qué afectos hay que desarrollar…

sábado, 13 de agosto de 2011

JMJ. MADRID 2.011. AGENDA



Martes 16 de agosto:

08:00: Llegada a Madrid

Desde primera hora de la mañana, los peregrinos y grupos inscritos en la JMJ podrán recoger sus acreditaciones y mochilas en los lugares indicados por la organización.

20:00: Misa de inauguración de la JMJ, presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y concelebrada por los obispos y sacerdotes participantes en la JMJ, en la plaza de Cibeles.

Miércoles 17 de agosto:

Programa Cultural.- A lo largo de todo el día se celebrarán diversas actividades del Programa Cultural de la JMJ, cuando no coincidan con los actos principales de la JMJ. Este plan incluye conciertos, exposiciones, muestras, visitas guiadas a museos, obras de teatro, y un largo etcétera.

10:00.- Catequesis de los obispos

Los participantes en la JMJ, organizados por grupos lingüísticos, tendrán sesiones de catequesis con obispos venidos de todo el mundo. Las sesiones tendrán lugar en iglesias, colegios, auditorios y polideportivos de Madrid.

Jueves 18 de agosto:

12:00 Llegada del Papa al aeropuerto de Barajas. Ceremonia de bienvenida en el Pabellón de Estado.

12:40 Recorrido de entrada a Madrid en Papamóvil y llegada a la Nunciatura.

19:30 Acto de bienvenida de los jóvenes en Cibeles.

Viernes 19 de agosto:

11:30 Encuentro con religiosas jóvenes en el Patio de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

12:00 Encuentro con profesores universitarios jóvenes, en la Basílica.

19:30 Vía Crucis en la plaza de Cibeles.

Sábado 20 de agosto:

10:00 Misa para seminaristas en la catedral de la Almudena.

19:40 Visita a la Fundación Instituto San José, centro de atención a personas con discapacidad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

20:30 Vigilia con los jóvenes en el aeródromo de Cuatro Vientos.

Domingo 21 de agosto:

09:00 Llegada a Cuatro Vientos y recorrido en Papamóvil por la zona.

09:30 Comienzo de la Misa de Envío de la JMJ.

17:30 Encuentro con los Voluntarios de la JMJ en el recinto ferial IFEMA.

18:30 Despedida oficial en el aeropuerto de Barajas.

JMJ. MADRID 2.011.



Hoy 13 de agosto estamos a punto de iniciar la Jornada Mundial de la Juventud 2.011, convocada por el Santo Padre Benedicto XVI en Madrid. La jornada va a ser un viento de esperanza para la Iglesia y para la sociedad de España y de mundo. No esta dirigida sólo a los jóvenes, sino a todos los creyentes y hombres de buena fe. El Santo Padre en estos días nos regala la posibilidad de un encuentro con Dios en lo privado de nuestras vidas, ¿seremos capaces de escuchar al Padre, en medio de tantas incertidumbres como nos rodean? Mientras esperamos la llegada de Benedicto XVI a España releemos el Mensaje que el nos regalo como preparatorio para estos días:

"Ir más allá de lo habitual está en cada generación. Desear algo más que la cotidianidad regular de un empleo seguro y sentir el anhelo de lo que es realmente grande forma parte del ser joven. ¿Se trata sólo de un sueño vacío que se desvanece cuando uno se hace adulto? No, el hombre en verdad está creado para lo que es grande, para el infinito. Cualquier otra cosa es insuficiente. San Agustín tenía razón: nuestro corazón está inquieto, hasta que no descansa en Ti. El deseo de la vida más grande es un signo de que Él nos ha creado, de que llevamos su “huella”. Dios es vida, y cada criatura tiende a la vida; en un modo único y especial, la persona humana, hecha a imagen de Dios, aspira al amor, a la alegría y a la paz. Entonces comprendemos que es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva. Dios es la fuente de la vida; eliminarlo equivale a separarse de esta fuente e, inevitablemente, privarse de la plenitud y la alegría: «sin el Creador la criatura se diluye» (Con. Ecum. Vaticano. II, Const. Gaudium et Spes, 36). La cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social. Aunque el conjunto de los valores, que son el fundamento de la sociedad, provenga del Evangelio –como el sentido de la dignidad de la persona, de la solidaridad, del trabajo y de la familia–, se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza". BENEDICTO XVI. Mensaje para la Joranada de la Juventud Madrid 2.011. 2.

domingo, 3 de julio de 2011

SANTO TOMÁS, APOSTOL




Hoy la Iglsesia celebra la festividad de San Tomás, el Apóstol de la duda, el Apóstol que para creer tuvo que ver. A lo largo del año 2.006 el Santo Padre Benedicto XVI quiso dedicar sus reflexiones de los miercoles a los Apostoles de Cristo y a los primeros cristianos, por eso en este día de Santo Tomás quiero recordar las palabras que dijo el Santo Padre sobre Tomas, reflexionando sobre aquel momento pascual:

"En un primer momento, no había creído que Jesús se había aparecido en su ausencia, y había dicho: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré» (Jn 20, 25). En el fondo, estas palabras ponen de manifiesto la convicción de que a Jesús ya no se le debe reconocer por el rostro, sino más bien por las llagas. Tomás considera que los signos distintivos de la identidad de Jesús son ahora sobre todo las llagas, en las que se revela hasta qué punto nos ha amado. En esto el apóstol no se equivoca.

Como sabemos, ocho días después, Jesús vuelve a aparecerse a sus discípulos y en esta ocasión Tomás está presente. Y Jesús lo interpela: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente» (Jn 20, 27). Tomás reacciona con la profesión de fe más espléndida del Nuevo Testamento: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20, 28). A este respecto, san Agustín comenta: Tomás «veía y tocaba al hombre, pero confesaba su fe en Dios, a quien ni veía ni tocaba. Pero lo que veía y tocaba lo llevaba a creer en lo que hasta entonces había dudado» (In Iohann. 121, 5). El evangelista prosigue con una última frase de Jesús dirigida a Tomás: «Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que crean sin haber visto» (Jn 20, 29).

Esta frase puede ponerse también en presente: «Bienaventurados los que no ven y creen». En todo caso, Jesús enuncia aquí un principio fundamental para los cristianos que vendrán después de Tomás, es decir, para todos nosotros. Es interesante observar cómo otro Tomás, el gran teólogo medieval de Aquino, une esta bienaventuranza con otra referida por san Lucas que parece opuesta: «Bienaventurados los ojos que ven lo que veis» (Lc 10, 23). Pero el Aquinate comenta: «Tiene mucho más mérito quien cree sin ver que quien cree viendo» (In Johann. XX, lectio VI, § 2566).

En efecto, la carta a los Hebreos, recordando toda la serie de los antiguos patriarcas bíblicos, que creyeron en Dios sin ver el cumplimiento de sus promesas, define la fe como «garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven» (Hb 11, 1). El caso del apóstol Tomás es importante para nosotros al menos por tres motivos: primero, porque nos conforta en nuestras inseguridades; en segundo lugar, porque nos demuestra que toda duda puede tener un final luminoso más allá de toda incertidumbre; y, por último, porque las palabras que le dirigió Jesús nos recuerdan el auténtico sentido de la fe madura y nos alientan a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de fidelidad a él".

BENEDICTO XVI. Audiencia General de los Miercoles.

27 de septiembre de 2.006

viernes, 1 de julio de 2011

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN JESÚS DEL PAPA JUAN XXIII




Hoy fiesta del Sagrado Corazón de Jesús quiero orar junto al Papa Juan XXIII, como hacía desde niño en la tarde de este día, cuando concluía la Novena que la Parroquia de mi pueblo ofrecía al Sagrado Corazón.



Jesús bueno, Redentor del mundo, míranos humildemente postrados delante de tu altar: tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de vivir más estrechamente unidos contigo, todos y cada uno nos consagramos en este día a tu Sagrado Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás te han conocido: muchos, despreciando tus mandamientos, te han desechado. Jesús misericordioso, compadécete de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Corazón.

Señor, sé rey, no sólo de los hijos fieles, que jamás se han alejado de ti, sino también de los pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sé rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de ti: devuélvelos al puerto de la verdad y de la unidad de la fe, para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo pastor.

Concede, Señor, libertad a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la paz en el orden; haz que del uno al otro extremo de la tierra no resuene sino esta voz: Bendito sea el Corazón que es causa de nuestra Salvación; a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén

jueves, 30 de junio de 2011

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. BENEDICTO XVI






Estamos en las Primeras Vísperas de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, una fiesta muy querida dentro del catolicismo, sin duda una fiesta que nos habla del Amor de Dios y de su Hijo Jesús, ¿dónde mejor buscar el amor de Dios a los hombres que en el Corazón de Jesús, en su costado traspasado por nosotros? ¿Acaso hay muestra mayor de amor que la de Aquel que da la vida por sus amigos? Por eso hoy queremos en nuestro blog escuchar al Papa Benedicto XVI hablando del Sagrado Corazón de Jesús.

" En esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús la Iglesia presenta a nuestra contemplación este misterio, el misterio del corazón de un Dios que se conmueve y derrama todo su amor sobre la humanidad. Un amor misterioso, que en los textos del Nuevo Testamento se nos revela como inconmensurable pasión de Dios por el hombre. No se rinde ante la ingratitud, ni siquiera ante el rechazo del pueblo que se ha escogido; más aún, con infinita misericordia envía al mundo a su Hijo unigénito para que cargue sobre sí el destino del amor destruido; para que, derrotando el poder del mal y de la muerte, restituya la dignidad de hijos a los seres humanos esclavizados por el pecado. Todo esto a caro precio: el Hijo unigénito del Padre se inmola en la cruz: "Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1). Símbolo de este amor que va más allá de la muerte es su costado atravesado por una lanza. A este respecto, un testigo ocular, el apóstol san Juan, afirma: "Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua" (Jn 19, 34).
En el Corazón de Jesús se expresa el núcleo esencial del cristianismo; en Cristo se nos revela y entrega toda la novedad revolucionaria del Evangelio: el Amor que nos salva y nos hace vivir ya en la eternidad de Dios. El evangelista san Juan escribe: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). Su Corazón divino llama entonces a nuestro corazón; nos invita a salir de nosotros mismos y a abandonar nuestras seguridades humanas para fiarnos de él y, siguiendo su ejemplo, a hacer de nosotros mismos un don de amor sin reservas.


BENEDICTO XVI. Homilia en la Inauguración del Año Sacerdotal en el 150 Aniversario de la Muerte de San Juan Vianney. Basílica de San Pedro de Roma, 19 de junio de 2.009

miércoles, 29 de junio de 2011

BENEDICTO XVI. SESENTA ANIVERSARIO DE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL.



Santidad, hoy es un día importante para usted y para todos nosotros, hoy hace sesenta años de su Ordenación Sacerdotal, por eso quiero desde mi humilde blog felicitarle y agradecer a Dios el don de su magisterio y de su misión en la sede petrina y como sacerdote de la iglesia católica. Y le agradezco las palabras que hoy nos ha regalado en su homilia, con las que completo este texto. Gracias Santidad y gracias Dios por el sacerdocio de Benedicto XVI


«Non iam dicam servos, sed amicos» - «Ya no os llamo siervos, sino amigos» (cf. Jn 15,15). Sesenta años después de mi Ordenación sacerdotal, siento todavía resonar en mi interior estas palabras de Jesús, que nuestro gran Arzobispo, el Cardenal Faulhaber, con la voz ya un poco débil pero firme, nos dirigió a los nuevos sacerdotes al final de la ceremonia de Ordenación. Según las normas litúrgicas de aquel tiempo, esta aclamación significaba entonces conferir explícitamente a los nuevos sacerdotes el mandato de perdonar los pecados. «Ya no siervos, sino amigos»: yo sabía y sentía que, en ese momento, esta no era sólo una palabra «ceremonial», y era también algo más que una cita de la Sagrada Escritura. Era bien consciente: en este momento, Él mismo, el Señor, me la dice a mí de manera totalmente personal. En el Bautismo y la Confirmación, Él ya nos había atraído hacia sí, nos había acogido en la familia de Dios. Pero lo que sucedía en aquel momento era todavía algo más. Él me llama amigo. Me acoge en el círculo de aquellos a los que se había dirigido en el Cenáculo. En el grupo de los que Él conoce de modo particular y que, así, llegan a conocerle de manera particular. Me otorga la facultad, que casi da miedo, de hacer aquello que sólo Él, el Hijo de Dios, puede decir y hacer legítimamente: Yo te perdono tus pecados. Él quiere que yo – por mandato suyo – pronuncie con su «Yo» unas palabras que no son únicamente palabras, sino acción que produce un cambio en lo más profundo del ser. Sé que tras estas palabras está su Pasión por nuestra causa y por nosotros. Sé que el perdón tiene su precio: en su Pasión, Él ha descendido hasta el fondo oscuro y sucio de nuestro pecado. Ha bajado hasta la noche de nuestra culpa que, sólo así, puede ser transformada. Y, mediante el mandato de perdonar, me permite asomarme al abismo del hombre y a la grandeza de su padecer por nosotros los hombres, que me deja intuir la magnitud de su amor. Él se fía de mí: «Ya no siervos, sino amigos». Me confía las palabras de la Consagración en la Eucaristía. Me considera capaz de anunciar su Palabra, de explicarla rectamente y de llevarla a los hombres de hoy. Él se abandona a mí. «Ya no sois siervos, sino amigos»: esta es una afirmación que produce una gran alegría interior y que, al mismo tiempo, por su grandeza, puede hacernos estremecer a través de las décadas, con tantas experiencias de nuestra propia debilidad y de su inagotable bondad.


BENEDICTO XVI. Homilia durante la Santa Misa de imposición del Palio a los nuevos

Metropolitanos 29 de Junio de 2.011. Festividad de San Pedro y San Pablo


lunes, 27 de junio de 2011

LA EUCARISTÍA







la Eucaristía, para la fe, es un misterio de intimidad. El Señor instituyó el sacramento en el Cenáculo, rodeado por su nueva familia, por los doce Apóstoles, prefiguración y anticipación de la Iglesia de todos los tiempos. Por eso, en la liturgia de la Iglesia antigua, la distribución de la santa comunión se introducía con las palabras: Sancta sanctis, el don santo está destinado a quienes han sido santificados. De este modo, se respondía a la exhortación de san Pablo a los Corintios: "Examínese, pues, cada cual, y coma así este pan y beba de este cáliz" (1 Co 11, 28). Sin embargo, partiendo de esta intimidad, que es don personalísimo del Señor, la fuerza del sacramento de la Eucaristía va más allá de las paredes de nuestras iglesias. En este sacramento el Señor está siempre en camino hacia el mundo. Este aspecto universal de la presencia eucarística se aprecia en la procesión de nuestra fiesta. Llevamos a Cristo, presente en la figura del pan, por los calles de nuestra ciudad. Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida diaria, a su bondad.


Que nuestras calles sean calles de Jesús. Que nuestras casas sean casas para él y con él. Que nuestra vida de cada día esté impregnada de su presencia. Con este gesto, ponemos ante sus ojos los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los jóvenes y los ancianos, las tentaciones, los miedos, toda nuestra vida. La procesión quiere ser una gran bendición pública para nuestra ciudad: Cristo es, en persona, la bendición divina para el mundo. Que su bendición descienda sobre todos nosotros.


BENEDICTO XVI. Homilia en la Eucaristía del Día del Corpus, Basílica de San Juan de Letran,

Jueves, 26 de mayo de 2.005

sábado, 25 de junio de 2011

ORACIÓN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI CON MOTIVO DEL 60º ANIVERSARIO DE SU ORDENACIÓN SACERDOTAL

El próximo día 29 de junio de este año, la iglesia tiene el gozo de celebrar el 60ª Aniversario de la Ordenación de Josep Ratzinger, acutal Beneidicto XVI. Por eso hoy queremos comenzar a celebrar este importante acontecimiento para los fieles subiendo a nuestro blog esta oración compuesta por el propio Papa.
Señor,
te damos gracias
porque has abierto tu corazón para nosotros;
porque en tu muerte y en tu resurrección
te has convertido en fuente de vida.
Has que seamos personas vivientes,
vivientes de tu fuente,
y dónanos el poder ser nosotros también fuentes,
capaces de donar a este nuestro tiempo
agua de vida.




Te damos gracias
por la gracia del ministerio sacerdotal.
Señor, bendícenos
y bendice a todos los hombres de este tiempo
que están sedientos y en la búsqueda

Amén.

Benedictus PP XVI

1951 – 29 junio – 2011
60° de Ordenacion sacerdotal

jueves, 23 de junio de 2011

ORACIÓN INICIAL




Foto realizada por Miguel Angel Romano Garrido en la Procesión del Corpus de Sevilla del año 2.010




Señor Jesucristo


camino, verdad y vida,


rostro humano de Dios


y rostro divino del hombre,


enciende en nuestros corazones


el amor al Padre que está en el cielo


y la alegría de ser cristianos.




Danos siempre el fuego


de tu Santo Espíritu,


que ilumine nuestras mentes


y despierte entre nosotros


el deseo de contemplarte,


el amor a los hermanos,


sobre todo a los afligidos,


y el ardor por anunciarte.




Discípulos y misioneros tuyos,


queremos remar mar adentro,


para que nuestros pueblos


tengan en ti vida abundante,


y con solidaridad construyan


la fraternidad y la paz.




Señor Jesús, ¡ven y envíanos!


María, Madre de la Iglesia,


ruega por nosotros.


BENEDICTO XVI. Papa.